CENTRO MÉDICO TERAPÉUTICO Y DE ENFERMEDADES OSTEOARTICULARES
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ROTURA DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR DE RODILLA

ROTURA DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR DE RODILLA

 

Katarzyna Wachowska (Fisioterapeuta)

Cristian Justribó Manion (Fisioterapeuta / Osteópata)

 

INTRODUCCIÓN

La rodilla es una articulación formada por el fémur, la tibia y el peroné. Además ésta articulación consta de las siguientes estructuras:

  • LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR LCA: se origina en la parte antero-interna de la espina tibial y se inserta en la parte más posterior de la cara interna del cóndilo lateral del fémur.
  • LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR LCP: se origina en la superficie tibial por detrás de las espinas y se inserta en la parte anterior de la cara profunda del cóndilo medial del fémur.
  • MENISCOS: cuya función es compensar la incongruencia de la articulación femorotibial. Están situados entre los cóndilos femorales y los platillos de la tibia. Se desplazan siguiendo a los cóndilos femorales y son estabilizadores de la articulación y distribuidores de la carga.

Ambos ligamentos estabilizan la articulación tanto en flexión como en extensión, y limitan también la rotación interna de la tibia. Cuando la rodilla está en extensión máxima es muy estable y en flexión de 90º o más se libera realizando rotación externa e interna. El LCA CONTROLA LA EXTENSIÓN y el desplazamiento anterior de la tibia con respecto al fémur. El LCP CONTROLA LA FLEXIÓN y el desplazamiento posterior de la tibia.

 

¿CUÁL ES EL MECANISMO DE LESIÓN DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR?

El ligamento que se lesiona con mayor frecuencia es el CRUZADO ANTERIOR. El mecanismo de lesión descrito por McNair en 1994 (1), corresponde con una rotación interna de la tibia combinada con una rodilla ligeramente flexionada, próxima a su extensión, en el momento de pisar el suelo con el pie.

A este mecanismo, Ebstrup (2) añade las maniobras de cambio de dirección donde se produce una rotación externa de fémur combinada con la aplicación de una fuerza en valgo, con rotación interna o externa del pie.

 

¿CUÁLES SON LOS RIESGOS DE SUFRIR UNA ROTURA DE LCA?

  • Las mujeres tienen de 4 a 7 veces mayor riesgo de padecer la lesión de LCA en la práctica de los mismos deportes a niveles similares.
  • El que haya mayor incidencia de lesión en mujeres puede deberse a (3): diferencias hormonales, diferencias anatómicas, diferencias neuromusculares, diferencias de entrenamientos, laxitud articular, etc.
  • Resultados de los ensayos con hormonas (3) indican que hay una mayor incidencia lesional durante la fase ovulatoria el ciclo menstrual.
  • La pubertad coincide con el aumento en la incidencia de lesiones de LCA, ya que en la pubertad hay cambio hormonal que se relaciona con estas lesiones.
  • La utilización de tacos o tacón en el calzado también es un factor de riesgo.
  • Los deportes de contacto aumentan de forma muy elevada el riesgo de sufrir la rotura de LCA.
  • El entrenamiento neuromuscular propioceptivo durante la adolescencia (4), reduce los casos de lesión de  LCA.

 

¿COMO SABEMOS SI TENEMOS UNA ROTURA DE LCA?

De forma inmediata tendremos un dolor muy intenso. Este dolor lo más probable es que disminuya en un periodo de tiempo corto siendo tolerable (a las 12 horas). La rodilla presentará edema y aumentará de temperatura.  En el momento de la lesión notaremos un chasquido. Si presentas estos síntomas has de acudir al médico traumatólogo.

 

TRATAMIENTO

En un primer momento está muy aceptado el hecho de aplicar reposo, hielo, compresión y elevación de la rodilla. Pese a ello la evidencia (5) nos muestra que no proporciona mejora relevante en el tratamiento final, pero sí proporcionará un alivio del dolor.

En una ruptura de LCA tenemos una rodilla inestable y el equipo interdisciplinario ha de decidir si sería necesaria una intervención quirúrgica (IQ) o no. En la mayoría de los casos es recomendable operar, pero siempre se tendrá en cuenta la situación individual del paciente y el momento en que se lesiona. Lo más habitual es proceder al siguiente protocolo:

  • Paciente joven y deportista: IQ.
  • Persona de mediana edad, no deportista, con mucha masa muscular: depende del estado del paciente.
  • Persona mayor sin actividad física: NO IQ.

 

FASES DEL TRATAMIENTO POSTOPERATORIO

Las lesiones de los ligamentos tienen una rehabilitación larga, más o menos 6 meses, que ya se considera rápida. La recuperación ideal sería entre 9 y 12 meses ya que a los 6 meses es justo el momento de revascularización del ligamento.

En las fases iniciales de MÁXIMA PROTECCIÓN (1-6 semanas) tendremos el objetivo de preservar la MOVILIDAD ARTICULAR y RECUPERAR LA FUERZA MUSCULAR de forma progresiva. En esta fase el fisioterapeuta realizará trabajo de la cicatriz, movilizaciones pasivas suaves. Los ejercicios a realizar en esta fase son los ISOMÉTRICOS y isotónicos muy suaves y sin resistencia. No solo lo realizaremos en los músculos de la rodilla si no también en la musculatura de tobillo cadera y abdominal. Tendremos que EVITAR la extensión máxima (recurvatum), flexión más de 90º y rotación de la tibia para preservar el ligamento.

En las siguientes fases de PROTECCIÓN MODERADA (7-15 semanas) se irán aumentando la intensidad de los ejercicios con la utilización de resistencias o el propio peso corporal incorporando EJERCICIOS DE DEAMBULACIÓN.

En la fase de MÍNIMA PROTECCIÓN (a partir del 5-6 mes) se empieza a readaptar al paciente a la vida diaria y su actividad deportiva, siempre de forma controlada. Nos centraremos sobre todo en los EJERCICIOS DE FUERZA, FUERZA EXPLOSIVA y CAMBIOS DE RITMO.

En todas las fases se deben realizar EJERCICIOS PROPIOCEPTIVOS. Esto es debido a que en los ligamentos tenemos una gran cantidad de receptores que nos indican la POSICIÓN ARTICULAR. Estos ejercicios también deben aumentarse de forma gradual.

La lesión del LCA es una lesión grave. Pese a ello, se cura. Siempre y cuando nos centremos en la recuperación de la masa muscular, elasticidad y propiocepción de la rodilla podremos volver a la actividad deportiva como lo hacíamos antes de la lesión. Es importante seguir las pautas del médico para no recaer y no precipitarse en los pasos de rehabilitación. Toda lesión necesita su tiempo para curarse.

 


BIBLIOGRAFÍA

1. McNair PJ, Marshall RN. Landing characteristics in subjects with normal and anterior cruciate ligament deficient knee joints. Arch Phys Med Rehabil 1994 May;75(5):584-9.

2. Ebstrub et al. Can the hamstring muscles protect the anterior cruciate ligament during a side-cutting maneuver? Scand J Med Sci Sports2000 Apr;10(2):78-84.

3. Marshal SW, Jump-landing biomechanics and knee-laxity change across the menstrual cycle in women with anterior cruciate ligament reconstruction. J Athl Train 14 Mar-Apr;49(2):154-62. doi: 10.4085/1062-6050-49.2.01. Epub 2014 Feb 25.

4. Donnell-Fink LA, Klara K, Collins JE et al. Effectiveness of Knee Injury and Anterior Cruciate Ligament Tear Prevention Programs: A Meta-Analysis. PLoS One 2015 Dec 4;10(12):e0144063. doi: 10.1371/journal.pone.0144063. eCollection 2015.

5. Bieuzen F, Bleakley CM, Costello JT. Contrast water therapy and exercise induced muscle damage: a systematic review and meta-analysis. PLoS One. 2013 Apr  23; 8(4).